Gobernador de Cuyo |
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En 1814 el Director Supremo Gervasio
Antonio de Posadas lo nombró gobernador de El plan de San Martín había sido
pensado para ser llevado a cabo desde un Chile patriota; con la caída de este
país en manos enemigas, el plan parecía destinado a ser desechado. Pero San
Martín tomó la decisión de seguir adelante, sólo que primero tendría que
liberar Chile. Una de las primeras medidas como
gobernador de Cuyo fue recorrer los pasos cordilleranos, tanto de Mendoza
como de San Juan, con el objetivo de recoger información directa de lo que
era posible hacer ante una posible invasión realista. Además, llevó adelante una
importante tarea administrativa, ordenó el establecimiento de postas, la
mejora de caminos, la construcción de canales para el regadío, mejoras
edilicias, la reglamentación del trabajo de los peones en el campo, la
vacunación masiva contra la viruela y se interesó por la instrucción pública
con el apoyo al funcionamiento del colegio de Una de las primeras medidas como gobernador de Cuyo fue recorrer
los pasos cordilleranos, tanto de Mendoza como de San Juan, con el objetivo
de recoger información directa de lo que era posible hacer ante una posible
invasión realista. Además, llevó adelante una importante tarea
administrativa, ordenó el establecimiento de postas, la mejora de caminos, la
construcción de canales para el regadío, mejoras edilicias, la reglamentación
del trabajo de los peones en el campo, la vacunación masiva contra la viruela
y se interesó por la instrucción pública con el apoyo al funcionamiento del
colegio de la Santísima Trinidad y la fundación de una biblioteca. Estaba en todos los detalles que permitirían hacer progresar la
ciudad pero además, trabajó en la idea de crear en Mendoza un ejército
disciplinado y fuerte con el cual contener las posibles invasiones de los
españoles desde Chile y pasar luego la cordillera buscando el camino hacia
Lima, a la que consideraba el eje de la dominación española. Un tiempo antes del arribo de San Martín a Mendoza, llegaron a
la ciudad —deportados desde Chile— el brigadier Juan Mackena,
fray Justo Santa María de Oro y otros chilenos, quienes pusieron al
gobernador al tanto de lo que acontecía al otro lado de la cordillera. San
Martín informó al Director Posadas sobre la situación y le solicitó ayuda
para organizar el Ejército de los Andes. Poco tiempo después de hacerse cargo de la gobernación de Cuyo,
San Martín recibió noticias del desastre de Rancagua (octubre de 1814).
Recibió además, un pedido de ayuda de parte de José Miguel Carrera y se puso
de inmediato en marcha por caminos cordilleranos para organizar el auxilio de
los emigrados. Por ese tiempo, Remedios de Escalada llegó para establecerse
junto a su esposo en Mendoza. Al tiempo quedaría embarazada y antes de que
San Martín iniciara el Cruce de los Andes, daría a luz a su única hija,
Mercedes Tomasa. Para costear los gastos de la organización del ejército se
recaudaron celosamente los impuestos, se impusieron empréstitos forzosos para
mejorar las finanzas, se estimularon las donaciones que el pueblo cuyano
realizó generosamente. Las donaciones recibidas fueron dinero y joyas, aunque
la más notoria fue el trabajo de la población. Los hombres se dedicaron a la
confección de armamento a la par que recibían instrucción militar. Las
mujeres cosieron uniformes, tejieron ponchos, bordaron banderas. En Mendoza
había una importante colonia inglesa, por lo que se estimuló a los
extranjeros a prestar colaboración. Numerosos bandos se dejaron leer en las esquinas habituales
para atender al progreso de la ciudad. San Martín no descuidó la ciudad,
exhortó a los vecinos a blanquear los frentes de las viviendas, limpiar la
extensión de la Alameda, y colaborar en el equipamiento del ejército. El
orden que puso en la actividad de las pulperías, las disposiciones contra el
juego, y la regulación del tránsito con la prohibición de galopar en las
calles, redundaron en la seguridad de sus habitantes. También la Salud
preocupaba al general, y se ocupaba como hombre de acción que era. Con la
creación de dispensarios, la implementación de una verdadera campaña de
vacunación antivariólica y la lucha contra la hidrofobia, mejoró la calidad
de la salud pública. La creación de nuevas postas de correo en Mendoza y en
San Juan dio un nuevo impulso a las comunicaciones, estableciendo una ruta
directa al norte argentino, evitando el largo rodeo que imponían los extensos
caminos por Córdoba.
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